Este fin de semana estaba viendo el partido Manchester United-Everton, el cual terminó con un marcador de 3-0 a favor del equipo de Old Trafford. Mientras lo veía me puse a pensar en dos ideas que llevan tiempo ya en mi mente: Wayne Rooney es definitivamente el crack, la estrella del equipo tras la salida de Cristiano Ronaldo. ¿Y la otra? A Ryan Giggs le sientan bien los años. Si bien ninguno de los dos fue el jugador del partido, es más que obvio que son jugadores imprescindibles en el esquema de Fergusson, los más desequilibrantes a la hora de desarrollar el juego de los diablos rojos (con perdón de Valencia, Owen y el resto).
Cuando el año pasado le fue otorgado el premio Player of the Year por el resto de los jugadores de la liga a Ryan Giggs, muchos lo entendieron como un reconocimiento más bien a su trayectoria y no tanto como premio a su temporada. Definitivamente Giggsy merecía algo así, pero éste pensamiento hacía notar que muchos veían a Giggs como un simple referente histórico, alguien que ya le había dado lo mejor a su club y que ahora sólo faltaba esperar a que se retirara dentro de poco luego de que había perdido la titularidad a favor de Nani o Park. Incluso fue llamado estorbo luego de jugar de inicio en la final de la Champions contra el Barcelona, pero el tiempo le daría la razón a Giggs y a Fergusson, pues esta temporada Giggs es titular inamovible, enviando a la banca al portugués, al coreano y a los fichajes. Se ha echado el equipo a las espaldas en partidos importantes, en sólo once partidos ya entregó siete pases a gol e incluso anotó dos (uno fue un grandioso tiro libre en la Champions). Todos los balones pasan por sus pies, ve el espacio donde los demás son frenados por los nervios, toca de primera, conduce, envía trazos largos, es un genio con el balón. Tal cómo él dijo, con la edad perdió velocidad, pero ganó inteligencia; y vaya que la razón lo acompaña. Y aún así, esta temporada hay partidos en los que incluso se le ve rápido, de repente se atreve a desbordar una vez más, a encarar, a lanzar sus terribles centros luego de echar la carrera (sino que le pregunten a Micah Richards si algún día olvidará el clásico de Manchester de esta temporada). Tal como lo dije, a Ryan Giggs le sienta bien la edad, es ciertamente parte importante del pasado de los red devils, pero en este momento dudo que alguien se atreva a negar que forme parte de su presente.
¿Y Rooney? Muchos dicen que el fornido delantero nacido en Liverpool es el futuro del Manchester United y de la selección inglesa, y no están del todo mal. Es cierto, Wazza es líder de los jóvenes que buscarán llevar al equipo de la rosa nuevamente a la gloria, pero Rooney no es solamente el futuro, es ya una realidad, es indiscutiblemente el crack del equipo campeón de la Premier y su reciente capitanía en la selección demuestra que ya es un líder también en ese equipo. Potente, agresivo, prácticamente imparable, Rooney es más que un simple tanque humano; está lleno de condiciones que lo han llevado al nivel top, está en la élite del futbol mundial. Los defensas le temen, sus compañeros confían en él y sus entrenadores saben que está capacitado para llevar el potencial ofensivo del equipo. ¿Un potente disparo de media distancia? ¿Recortar a tres defensas en el área y colocar el tiro pegado al poste? ¿Arrastrar la marca? ¿Desbordar, asistir al compañero, recuperar balones, bajar a pelearlos en su propia zona, alentar a los compañeros a seguir luchando? Rooney tiene todo eso y más. Le sobran condiciones físicas y técnicas, es un líder y un profesional hecho y derecho que cualquiera tener en su equipo y que tiene a la afición a sus pies. Ahora que dejó atrás los arranques de ira y alcanzó un impresionante nivel de madurez, los seguidores del Manchester no podemos más que disfrutar con su juego y agradecerle su amor al equipo. En sus pies está el futuro, pero también el presente.
En este reciente juego contra el Everton se notó la importancia de Giggs y de Rooney, moviendo los hilos del equipo y nunca bajando los brazos. Otros metieron los goles, pero la afición apreció el juego de ambos, incluso Sir Alex fue abucheado cuando sacó a Rooney a falta de 15 minutos y con el partido resuelto; querían seguir viendo a su crack. Giggs por su parte jugó y sigue jugando los 90 minutos en una liga donde no todos lo logran, donde la exigencia física siempre está al máximo y si no tienes lo necesario simplemente no puedes seguir.
Muchos al ver a Rooney dirían que tiene más de 24 años, y muchos más se sorprenden de que Giggs esté por cumplir los 36. Ambos son los que se encargan de darle vida al United, ambos le entregan su futbol y nos hacen gozar con él. Es innegable que Ryan Giggs y Wayne Rooney son claramente el pasado, el presente y el futuro.
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