¿Qué tanto puede cambiar el deseo de una persona o de un grupo de personas ante un evento en el cual sufres de impotencia? ¿Acaso en verdad, una madre puede levantar un coche para salvar a su bebé? ¿Un hombre puede conquistar a la mujer de su vida aunque tenga todo en contra?
Sí, claro que se puede. Aún no hay fórmula matemática, ni gráficas que nos permitan calcular estos sucesos. Y mejor que se quede así. Es la esencia de la vida, del amor, de la amistad…del fútbol.
Hoy Cruz Azul se encuentra ante su tercera final de liga local casi consecutiva. Las dos anteriores las ha perdido. Cualquier persona ajena al fútbol mexicano y a sus intereses apostaría a que “la máquina cementera” ganaría por fin una de estas series, después de tantos años. A final de cuentas, eso indican las probabilidades.
Pero del otro lado, se encuentra una fuerza, un suceso, una motivación que rebasa cualquier disciplina. La muerte de un ser querido. Y no solo de forma local. Antonio De Nigris logró mover al mundo entero. No sólo era el hermano de Aldo, no… era “el del golazo ante Brasil”, “el que jugaba en Turquía”, al que “deberían de darle chance”. Era compañero de varios íconos del club Monterrey.
Este acontecimiento ha sido suficiente para levantar la moral del cuadro rayado. Capaz de cualquier cosa. Aldo De Nigris se encuentra a su máxima potencia. Jonathan Orozco pareciera que quiere el puesto titular del tricolor. Jesús Arellano dirige desde afuera.
¿Qué creen que pasará? Yo ya tengo mi final.
Por eso creo que la mala suerte del Cruz Azul aún no ha terminado.
1 comentario:
Yo igual creo que Cruz Azul llega mejor y tienen más calidad aunque preferiría que estuviera ahí mi Toluca
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