(Monterrey 4-3 Cruz Azul)
Siempre se comenta que el fútbol es una actividad de riesgo. A pesar de jugar en los mejores estadios, o contra los mejores rivales, la posibilidad de salir lastimado es considerable. Esto no solo se queda en la cancha, se extiende a las butacas del estadio. Y no necesariamente de forma física.
Tecnológico de Monterrey
Del gozo, al pozo, y de nuevo al gozo. O del pozo, al gozo, y de nuevo al pozo. No importa, ambas aficiones han sufrido ayer la transición entre los sentimientos más extremos que se puedan alcanzar en un partido de fútbol.
No he podido comunicarme con mis amigos "cruz azulinos". Seguramente todos se encuentran en el hospital más cercano atendiéndose de la carga psicológica que ayer han sufrido. Y no es para menos. Un gol en los primeros minutos recordaba las otras finales en donde los "azules" también comenzaban perdiendo, para nunca poder regresar.
Emmanuel Villa es un fanático del fútbol. No le importa en que arco anotar, lo trascendente es que su cuota goleadora siga creciendo. José de Jesús Corona tendrá que seguir trabajando si quiere pelearle un lugar a Guillermo Ochoa en el Mundial.
Al término del primer tiempo, todo era felicidad en la capital de México. Un 3-1 al parecer irremontable, donde rayados no tenía ni pies ni cabeza, no llegaba a portería y la defensa se encontraba muy nerviosa. El segundo tiempo parecía que podían incrementar aún más su ventaja.
El primer tiempo del Monterrey no era lo que Antonio
De Nigris se merecía como dedicatoria.
Pero, como se dijo en la nota pasada, hay cosas extra fútbol que cambian las cosas de un partido. Durante los últimos minutos del 1T, Vucetich no reflexionaba sobre que cambios debía de hacer, pues era lógico que se había equivocado con la entrada de Jesús Arellano, Felipe Baloy y la salida de Osvaldo Martínez; no.....estaba pensando qué iba a decirles a sus jugadores.
Tenía que expresar las palabras correctas para rebasar los limites dérmicos y llegar al fondo del corazón. Y así lo hizo. Y lo hizo muy bien. Porque cuando se combinan ganas, deseos, ilusiones, corazón, amor a la camiseta, y técnica individual, veremos partidos como el de ayer. Una remontada histórica.
En el estadio Azul veremos otro partido espectacular. Falta que De Nigris explote, que Jonathan Orozco salve a su equipo, que Corona también haga otra gran atajada, y que Emmanuel Villa se concentre en una sola portería.
Pero, lo más importante, falta el apoyo de los seguidores de Cruz Azul.
Porque en el fútbol, los títulos los consiguen 14 o 15 personas, pero no los consiguen para ellos mismos.
Los artífices se lo dedican a sus familiares, a sus amigos.
Se los dedican a la afición.
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