Por Reimon.
Holanda 2-1 Brasil
ROBINHO (BRA) 10’, Wesley SNEIJDER (NED) 53’, Wesley SNEIJDER (NED) 68’
Se presentaba como uno de los platos fuertes de los cuartos de final y la verdad es que no dejó a nadie decepcionado (bueno, quizá a los eliminados). Desde el pitazo inicial fue un encuentro de ida y vuelta donde los dos equipos mostraron que tenían el arco rival entre ceja y ceja.
Pero entonces comenzó a aparecer la magia. Esa magia que solo la Canarinha tiene, el Jogo bonito que nos emociona y que es la máxima expresión del futbol. Primero fue Dani Alves con un pase preciso que dejó solo a Robinho para que empujara, aunque la jugada fue invalidada por fuera de lugar. No tendrían que esperar mucho los brasileños para festejar de nuevo. Esta vez fue Felipe Melo, que con precisión de neurocirujano envió un pase filtrado desde su cancha que atravesó la zaga holandesa y llegó a Robinho, quien aprovechó una desconcentración de Ooijer para quedar habilitado y batir de primera a Stekelenburg con un toque sutil y colocado.
A partir del gol Brasil se convirtió en el amo y señor de las acciones, así como del momento anímico, pero Holanda se negó a bajar los brazos y sus jugadores continuaron intentándolo aunque quizá con más entusiasmo que idea. Julio César solo se empleó a fondo una vez en todo el primer tiempo, para detener un tiro de Dirk Kuyt.
El segundo tiempo siguió siendo de Brasil, que atacaban con mucho peligro y velocidad y manejaban los tiempos a su antojo. Su jugada más clara fue una impresionante jugada entre Robinho y Kaká que terminó con un paradón de Stekelenburg. Un deleite para los ojos.
Pero como nos ha enseñado este Mundial, los partidos rara vez terminan como empiezan, y esta vez no fue la excepción. Al minuto 53, Wesley Sneijder envió un centro al área brasileña, que si bien era peligroso, parecía fácil para Julio César. Lamentablemente, el arquero del Inter no se habló con Felipe Melo y chocaron en el aire, lo que provocó que el contención enviara el balón a su propia red. 1-1.
El empate sacó del juego a Brasil y devolvió a la Oranje, que se lanzó con todo por la victoria, atacando sin piedad a un rival en shock.
El minuto 68 le dio su premio a los europeos, que en un tiro de esquina, hicieron efectivo uno de los conceptos más básicos y añejos del futbol: “Dos cabezazos en el área, siempre terminarán en gol.” Y así fue, Robben cobró, Kuyt peinó y Sneijder anotó. Holanda le había dado la vuelta al partido.
Para hacer aún más difícil la gesta, Melo se fue antes de tiempo por un pisotón a Robben y dejó a Brasil con uno menos, lo que significó más balón para Holanda, así como un trámite de partido más tranquilo. Brasil lo intentó pero no pudo, y al final los de Van Marwijk incluso se dieron el lujo de fallar varias opciones claras de gol. Dos victorias más y serán campeones del mundo.
Uruguay 1-1 Ghana (Penales: 4 - 2)
Sulley MUNTARI (GHA) 45‘+2, Diego FORLÁN (URU) 55‘
¿Una palabra para definir el partido entre Ghana y Uruguay? Drama. Fue uno de los encuentros más emocionantes en Sudáfrica entre dos equipos que lo dejaron todo en la cancha y pueden sentirse orgullosos de sí mismo.
Ambos equipos saltaron a la cancha con cautela, midiéndose entre ellos, tanto que hubo que esperar hasta pasados los primeros 10 minutos para ver el primer tiro a gol, obra de Suárez, el jugador más activo del ataque uruguayo.
El delantero del Ajax, junto con Diego Forlán, llevó peligro constante al área rival y metía miedo a toda África en cada jugada. Dos disparos y un dramático rebote de los charrúas le quitaron el aliento a más de uno en el estadio.
Pero los ghaneses no querían quedar mal frente a su público (al ser los únicos africanos del certamen, prácticamente eran los locales), por lo que comenzaron a empujar con fuerza y poco a poco fueron nivelando la balanza, primero un cabezazo de Vorsah, luego un disparo de Gyan (claramente el mejor delantero africano del torneo) y un intento de tijera de Boateng.
Al final del primer tiempo, justo cuando más parejo se veía el encuentro, apareció la figura de Sulley Muntari. El todoterreno del campeón de Europa tomó el balón en tres cuartos de cancha y soltó un cañonazo hacia la portería, imprimiéndole un efecto diabólico que dirigió el balón a la esquina de abajo colocando el 1 a 0 en el marcador.
Pero poco le duró el gusto a los africanos, pues los uruguayos no pensaban irse así nomás, por lo que apareció su líder y gran estrella, Diego Forlán. El talentoso delantero consiguió el empate para los suyos con un buen tiro libre, aunque dio la sensación de que el portero Kingson pudo haber hecho más, pues el disparo fue a su poste.
El partido creció en emociones y tuvo en Ghana al dominador, pero no con absoluta claridad, ya que Uruguay, por medio de Suárez, continuaba llevando el peligro a la portería africana. Al final ninguno de los dos se hizo daño y se tuvo que recurrir a los tiempos extra.
15 minutos fueron para los uruguayos y 15 para los ghaneses. Los pases largos y el cansancio fueron los protagonistas, pero al minuto 120 llegó el drama al partido. Una gran jugada de Ghana terminó con Suárez salvando un disparo en la línea, el rebote fue para los africanos y el joven delantero volvió a salvar a su equipo, aunque esta vez con la mano. Roja y penal. Asamoah Gyan, el gran delantero de Ghana, que ya había marcado dos penales en el torneo, envió su disparo al travesaño y terminó el partido.
Tres nombres propios de la tanda de penales: Asamoah Gyan, que a pesar de haber fallado el penal que les daba el pase, pidió ser el primer tirador de su equipo y anotó su disparo en el angulo. Esos son pantalones. Fernando Muslera, el joven guardameta que detuvo dos disparos, el de Mensah y el de Adiyiah. Y finalmente Sebastián Abreu, que tuvo en sus pies el último disparo y con una sangre fría impresionante (que muchos tacharían de irresponsabilidad) envió el esférico sin fuerza y globeado al centro. Por si alguien aún se preguntaba porque le dicen “El Loco”.
1 comentario:
Suárez es un cerdo!!!!
Era gol!!!!
Ghana merecía haber ganado!!!!
Pero Holanda se va a encargar de sacarlos.
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