Cuando la gente ya no cree, ya no se ilusiona. Cuando solo va por el simple hecho de estar, de acompañar, de hacerse presente. Pero con la idea en la cabeza de que seguramente volverán a caer ante el club de Coapa.
Hace ya 7 años, prácticamente, que no se pagan comidas, se cometen actos vergonzosos, se porta la playera del equipo rival... y no porque las apuestas hayan desaparecido o se hayan convertido en ilegales.
Simplemente han perdido su finalidad, su objetivo. Con 16 ocasiones en las que un aficionado al Cruz Azul no ha podido cobrar su apuesta, las ganas de retar a un amigo con la playera amarilla se han desvanecido.
Hoy en día es casi un suicido apostarle al Cruz Azul contra el América. Ni un club de optimismo podría revertir el miedo psicológico que tanto afición como jugador le tienen a los ahora "cremas".
Ya no se sabe cual es el mayor deseo de la afición cementera: ganarle al América o ganar una Final. El pueblo mexicano está confundido pues algunas versiones dicen que hoy es el Día del Padre.
Lo peor que una persona o una institución puede hacer, es pensarse derrotado incluso antes de jugar.
Es cuando la esperanza no es lo último que muere.
Es lo primero.
La victoria es para ti, Chava.
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