Cuando ya es sólo hablar por hablar. (Estudiantes 1-2 América)

Por Alexis.

Para mucha gente, el villano de esta semana se llama Alfredo Peñaloza, silbante del encuentro entre Estudiantes y América. Al parecer el nazareno se encargó de sepultar a los "tecos" y de encaminar a los ahora "cremas" hacia un triunfo de visitante que no conseguían desde el año pasado.

La gente se quejará del penalti marcado en contra de Joél Sánchez y de la falta de Pável Pardo que también merecía ser penal. Los comentaristas de Televisión Azteca se encargaron de crear y crear más lodo hacia el árbitro, cosa que me parece lamentable.

En primer lugar, el penal es bastante dudoso. Si me permiten mi opinión, para mi sí existe penal, ya que la posición en la que el "Tiburón" se lanza, con el brazo levantado, otorga suficientes argumentos para conceder el penal. Es cierto que su intención no fue tocar el balón con "la mano" (ya que hablamos del antebrazo, no codo, como los comentaristas dijeron), pero evitó una jugada de gol. Imaginen la siguiente jugada: un mano a mano, entre un defensa y un delantero, sin portero. El delantero dispara pero el defensa se tropieza, y evita el gol con la mano. ¿Es penal o no es penal?

Con tanta polémica, no se puede decir que el árbitro le regaló el partido al América. Los comentaristas de Azteca parecían borrachos de cantina al estar exponiendo sus opiniones personales, diciendo que el árbitro no tuvo valor, que es un ratero, etc. La función de los medios de comunicación es dar un análisis objetivo de la situación, pero desafortunadamente, al menos en México no funciona así.

Otra falta de respeto es cuando el comentarista en cancha va y habla con Miguel Herrera. ¿Porqué ese afán de ir y capturar impresiones en caliente? Muchas veces en esas situaciones, la gente no piensa lo que dice y acaba equivocándose. Eso no es profesional.

Es igual de grave que cuando Faitelson dijo que El Salvador no existe, o cuando a Marco Rodríguez lo querían linchar por una mala actuación arbitral. Imáginense que las reacciones airadas de los comunicadores en contra del árbitro, provoquen animadversión de él ante la afición.

¿Cómo va a salir Alfredo Peñaloza de casa? ¿Con miedo de que algún loco en la calle lo apuñale, tratando de sacar venganza? ¿Va a arriesgar a su familia? Hay que medir los comentarios que se hacen.

 

Alfredo Peñaloza dejó de marcar cosas, en efecto, pero para los dos lados.

 

Las personas que conforman al fútbol también son seres humanos. Cuando se mencionó que el árbitro se metió por el túnel del América, parecía que la nota la estaba dando una señorita reportera de Ventaneando, con todo respeto. Por eso las cadenas internacionales de deportes son cada vez más seguidas, dejando a Azteca y a Televisa a un lado.

Las personas inteligentes saben cuando es mejor callar. No estar diciendo tonterías.

Porque esto ya es sólo hablar por hablar.