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O el cielo o el infierno.

Por Alexis.

Este sábado hemos visto como los dos equipos más poderosos del torneo se instalan en la final del Bicentenario 2010. Cada uno a su propio estilo:

Santos aprovechando las oportunidades en un juego de demasiados errores, lo cual lo hizo mucho más vistoso, interesante para el espectador neutral y cardiaco para la afición involucrada. En teoría estos son los ingredientes que acompañan "la Fiesta Grande" del fútbol mexicano y los cuales la hacen, repito, en teoría, mucho más interesante que la fase regular. Pero hoy nos hemos encontrado con un partido que (si tomamos en cuenta que Monarcas sólo pudo anotar 1 gol) se resolvió al minuto 1 con tremendo impacto de Fernando Arce, aunado a una falla de medición del arquero Moisés Muñoz. Los minutos restantes solamente sirvieron para que Monarcas diera más y más vergüenza dentro del terreno de juego.

El equipo dirigido por Tomás Boy nunca pudo ponerse al frente dentro de los 180 minutos que comprendió la serie. Eso quiere decir que por más que hayamos visto 8 goles el día de hoy, el espectáculo quedó para otro día. Es cierto, algunos goles fueron de gran manufactura, pero se esperaba un partido en el que Morelia saliera a matar al rival, a entregar el alma, a disfrutar el partido...cosa que nunca ocurrió.

La salida de Mauricio Romero no debió de haber afectado tanto dado que ya se había lastimado hace algunos encuentros. Sin embargo, los dos defensas centrales del equipo siempre jugaban en línea con ellos y con el rival, y tomando en cuenta la velocidad de "Cepillo" Peralta y de Darwin Quintero, ésta técnica parecía prácticamente un suicidio.


Por su parte, el Toluca gusta de manejar los partidos y de llevarlos al límite. Tal como pasó con América, empató de visitante para luego marcar un gol de local, y así esperar a que el rival se desesperara en la búsqueda de dos goles. Pero para la mala fortuna del Pachuca, hoy salió en la noche en la cual por más horas que se quedaran jugando, el balón nunca se iba a introducir en la portería.

Una vez más, Toluca parece un equipo que no pertenece a la liga. Sin embargo, una nueva expulsión para la final de vuelta es un problema que José Manuel de la Torre deberá afrontar con mucha inteligencia. Todo parece indicar que mientras Zinha y Mancilla sigan funcionando, los diablos no tendrán ningún problema en el ataque.

Dos equipos que van al frente prometen una serie espectacular. De ida y vuelta, de remontadas, de grandes atajadas, de grandes goles...y también de grandes fallas. Seguramente el Toluca siempre se mantendrá cauteloso mientras que los de la Comarca intentarán ir al frente con todas sus piezas ofensivas.

No queda más que esperar los dos partidos que faltan para definir al campeón. Cualquiera que lo sea será justo vencedor por lo mostrado tanto en liguilla como en el torneo. Dos equipos ganadores en los últimos años. Por eso de nueva cuenta, la copa se queda en el cielo o el infierno.
 

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